¿Necesito un psicólogo experto en problemas de estrés?
En la época que vivimos tenemos muchas responsabilidades laborales, familiares, sociales… Ponemos nuestra intención en cumplirlas, evolucionar y superarnos: en el trabajo, como padre o madre, en el área afectiva, o social. Esto nos genera un nivel de estrés o activación que podemos manejar y que nos ayuda a estar dispuestos para la acción.
Sin embargo, cuando el nivel de estrés aumenta, por presión externa o interna, podemos sentirnos sobrecargarnos, sobrepasarnos o bloquearnos.
Es posible que podamos estar un tiempo afrontando esta sobrecarga y las exigencias del día a día, pero cuando se mantienen durante demasiado tiempo, o se incrementan en intensidad, producen desgaste y daño en la persona. Este sería un buen momento para buscar soluciones y contactar con un psicólogo para tratar tu estrés.
Sufrir estrés nos está indicando que los recursos personales no han sido suficientes para afrontar la situación y ponerle freno. Si consideras que padeces estrés es recomendable que acudas a un psicólogo que te ayude a elaborar recursos para manejar la situación externa y revisar los núcleos internos que estén interviniendo.
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¿Qué es el estrés?
El estrés podemos entenderlo como un nivel de activación. Un nivel de estrés adecuado nos mantiene en una activación que facilita realizar tareas, responsabilidades, y enfrentarnos a nuevos retos. Nos ayuda a “ponernos en la acción”.
Sin embargo, cuando el nivel de estrés aumenta, en vez de facilitar, nos interfiere en la realización de tareas, y, si los mantenemos en el tiempo, llega a producirnos consecuencias negativas en la salud física y/o emocional. Ante demasiado estrés nuestra capacidad para la acción se ve perjudicada porque aparecen dificultades de concentración y atención, acción automática, despistes, dificultad para el descanso, poco espacio para las pausas, o por el contrario, bloqueos.
El nivel de estrés o activación aumenta cuando nos exponemos a demasiada presión. La presión puede venir desde el exterior (exigencias en el ámbito laboral, problemas familiares o de pareja, presiones sociales, etc), y también derivado de la autoexigencia, reproches o desvalorización interna demasiado fuerte. En la mayoría de los casos, el estrés es el resultado de una combinación de ambas fuentes, externa e interna.
Los psicólogos consideramos que hay un problema de estrés cuando las exigencias del día a día, por cúmulo, o por incremento repentino, están provocando daños en la persona e impidiendo su bienestar.
Síntomas de estrés:
Los síntomas de estrés se manifiestan en el cuerpo, en nuestro comportamiento, y a nivel emocional. Pueden darse desde el extremo de la aceleración, hasta el extremo que del bloqueo e inactivación, o combinando en distintos momentos ambos extremos.
Los síntomas más frecuentes de estrés son:
En el cuerpo:
- Respiración corta
- Trastornos en la piel o en el pelo
- Problemas en el aparato digestivo
En el comportamiento:
- Desorden en el sueño o la alimentación (aumento o disminución de la ingesta)
- Aceleración en el habla , la acción y/o pensamientos
- Acción automática
- Bloqueo y dificultad para la acción
- Necesidad de aislamiento
- Despistes
- Dificultad de atención y/o concentración
En las emociones
- Irritabilidad
- Inquietud o miedo
- Desolación o sentimiento de vacío en el momento que bajamos el ritmo
- Embotamiento emocional
- Angustia